Cuanto mayor sea el número de interfaces en un sistema de automatización de procesos, mayor será el nivel de complejidad. Esto puede parecer un tópico, pero puede dar lugar a una gran cantidad de requisitos inesperados en una aplicación real. Esto se refiere no sólo a cuestiones técnicas, sino también, en particular, a la comunicación con los respectivos socios del proyecto de implantación. El proyecto desarrollado en la ciudad lituana de Kaunas, cuya ejecución fue encargada a ProLeiT AG por el fabricante de plantas alemán Pentair Südmo, es un excelente ejemplo en este contexto.